CAPITULO CARACAS

"Contra el imperialismo, donde quiera que este"

viernes, 5 de julio de 2013

NUESTRO POETA JOSÉ QUIARAGUA



José Quiaragua
Poeta venezolano nacido en 1948. Ha publicado los libros El Escriba y la Luna de Oro, editado por el Ministerio de Educación; Cantares del Reino, Editorial La Espada Rota; Sol Reunido, Fundación Editorial el perro y la rana, del Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Sus poemas han aparecido en: Poesía de Monagas, Bolívar y Delta Amacuro, FUNDARTE, 1987; Poesía Rebelde en Latinoamérica, Editores Mexicanos Unidos, México, 1978; Poesía Latinoamericana, Revista Manatí, México, 1976; Antología de la Poesía Amorosa de Venezuela, Editorial la Espada Rota, 1995. 



ARTE POÉTICA

Dame un martillo
Un clavito de la calle Mariño
Que estoy construyendo un mundo

Porque soy renuente a la desgracia
Quiero que camines conmigo por la plaza
Un martes o un jueves entre las trinitarias

Porque soy de San Félix

Donde cada paso tuyo tiene marcas de agua
Y mi hermano derrite lunas en la orilla del río
Como si friera la vida

No me distraigas de esta lucha
Que no puedo perder
Porque estoy en el Bar Nueva York
Cantando a Pedro Infante
Recordando las huelgas que perdimos
Y el rostro que todavía me persigue

Quiero todo o nada
Porque soy de San Félix

Y esta tierra es mi sol diseminado
En cien generaciones
En tu sueño esparcido por el viento

No me distraigas de esta alegría
Que va río abajo
Chocando con las piedras



NÉLIDA

Página de nada donde habitas
Se ha colgado de las puertas

Mañanas manchadas en los diarios
Senos cortados por la dicha

Y nadie buscando esa palabra exacta
 Mientras escapas por las letras

Quiero atarte y sostenerte en taxis
Motos bicicletas espirituales
Donde nunca has existido

Juego de dados es mi Dios
Una pequeña roca que suda en la memoria
En la avenida llena de héroes reales
Que toman café cerveza
Mientras cantan las canciones  proletarias
De un mundo pequeño o grande
Donde ruedo los zapatos

Bueno bueno decías
Y venía Mary
La Leona y Rita
Y Leila era  un festín

Hasta tanto no lleguen mis amigos
A llevarme a esa parte del río
Donde ya no habitas
Ni nadas ni tiras a volar las pantaletas
Entre los peces
Mi pequeña realidad
Mi pequeña leona
Viva y crujiente en mis dientes de tigre
Dime ¿todavía miras de esa manera
Cuando mis amigos vivían y saludaban a las aguas?
Sólo tú eres el infierno apagado en mí.



CANTO


Rosa Amada me has regalado
Agua me diste
Liquen sigue el camino
Sol has metido en mi voz

Porque eres roja y mezclamos los colores

Rosa Amada es tu boca
Agua eres tú
Hoja que suda
Hacia la nube
 

Rosa de trigo eres
El lugar más alto eres
Agua en el viento eres
Ala y Casa de la Vida eres

No hay nadie más bella que tú
No hay brizna más leve que tú
No hay paisaje más intenso que tú

Ni ojos de Rupununi
Ni Orinoco a las tres
Ni calle a las once
Ni rostros de Francia o de Laura

Y eres la luz que vino del mar
Y eres más altiva que la orilla del mar
Y eres mujer de tierra y azúcar antigua
Y eres muchacha de esta guerra permanente

Y todo parece agua de los sueños
Y el día y la noche se juntan
En tus pasos húmedos de arena


III

Llovía sobre Ciudad Bolívar
Recuerda
Los carros pasaban
Las luces de los cines se encendían
Y tú a mi lado
Hablaste hasta cansarte
De un país de estrellas


1 comentario:

  1. ORGANIZACIÓN

    A la inolvidable Rosa Vidal

    Estuve organizando el cuarto
    tratando de recoger
    ese montón de palabras
    regadas sobre la mesa, en la cama, en el piso
    en la computadora, en el celular
    en los rincones del suelo
    para ver qué me decían
    qué me inducían
    qué querían que dijera
    al terminal de recogerlas

    Estuve revisando el cuarto
    montando cada palabra sobre palabra
    organizando esa Torre de Babel
    que no sabía lo que decía
    por estar amontonada
    unas sobre las otras
    discurso sobre discurso
    letra sobre letra

    Estuve revisando el cuarto
    para sacar con las manos, con los dedos
    con la pala de recoger la basura
    con la pala mecánica de un tractor Caterpillar
    ese montón de palabras
    colocadas como piso de basura
    en un gran basurero metropolitano
    y no pude sacar ninguna de ellas

    Pedro A. García A.

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